La ciudad de “Nuestra Señora del Buen Ayre” como así la llamó su primer fundador Don Pedro de Mendoza (Buenos Aires fue abandonada en una primer momento por la presión de las tribus indigenas para ser refundada por Juan de Garay 30 años después) es una ciudad vibrante, excitante, inagotable, desiganada como una de las capitales del diseño por la UNESCO en 2005. En esta serie que aquí empieza vamos a repasar sus lugares y rincones más emblemáticos. Hace casi dos años ya, huyendo del frío ruso, me escapé al verano austral y estuve una semana en la ciudad de las dos fundaciones.
Buenos Aires siendo una ciudad portuaria carece de mar pero este está presente por doquier, tanto que “Porteño” es un gentilicio popular de bonaerense. El mar se siente cerca gracias al inmenso estuario que forma en su enorme desembocadura el río de la Plata producto de la unión de los caudalosos ríos Paraná y Uruguay. Si hay un barrio en Buenos aires por excelencia, más alla de los modernos desarrollos urbanisticos de Puerto Madero, que destile ese aire portuario, ese es sin duda, “La Boca” o mejor sería llamarla “Républica Independiente de La Boca” como se autoproclamó en su día.
La Boca, sabe a Puerto, a estibadores, a inmigración, a ilusiones y sueños de prosperidad, a Nuevo Mundo, a tango de Gardel y a Futbol. Durante el periodo de masiva inmigración a Argentina en el Siglo XIX, en la confluencia de un pequeño arroyo llamado “Riachuelo” y el río de la Plata comenzó a desarrollarse una pequeña colonía italiana, formada principalmente por inmigrantes de la región de Génova. La próximidad al puerto facilitó el asentamiento y expansión de esta colonia que dió origen a la actual Boca, tomando el nombre de su situación en la desembocadura del Riachuelo.
Tal vez la foto superior sea una de las estampas más fotagrafiadas de la Boca, la calle de Caminito,y por extensión de todo Buenos Aires. Los vivos colores de las humildes fachadas esconden un sinfin de comercios y cafeterias vendidas al turista de touroperador. Las sensaciones aquí, son muy contradictorias, gusta ver la originalidad de sus calles pero no tanto las docenas de turistas y autobuses aunque a reglón seguido uno admita el beneficio que reportan los mismos en una barriada marginal y pobre como “La Boca”
El barrio o suburbio de la Boca no se puede entender sin su equipo de futbol el “Boca Juniors” y del semidios Diego Armando Maradona Los colores de la camiseta o “remera” del equipo son fruto de una curiosa anecdota. En el momento de decidir cuales serían no se alcanzó acuerdo alguno decidiendo los fundadores que los colores del pabellon que adornase el siguiente barco que entrase en el puerto serían los del equipo resultando que el barco era Sueco y por tanto el azul y el amarillo fueron los elegidos.
Si existe la posibilidad, para visitar La Boca lo mejor es hacerlo por los propios medios sin contratar Tour alguno, aunque esta no es la opción elegida por la mayoría de los turistas, independientemente de su origen o condición, por la inseguridad reinante en la zona en los últimos tiempos. La crisis del famoso “Corralito” que azotó Argentina en el año 2001 y 2002 se cebó especialmente con las clase más desfavorecidas. Desde entonces, determinadas zonas, entre las que se incluye La Boca, no son seguras al 100%. Por tanto queda a la elección del visitante elegir la forma de pasear por este barrio, aunque tomando las esenciales y elementales precauciones no debe existir porblema alguno.
En próximas entregas seguiremos exprimiendo todo el jugo de esta gran metrópolis sudámericana, quizas junto con Sao Paulo la ciudad más cosmopolita de todo el subcontinente. Nos esperan los Barrios de Mayo, San Telmo, Puerto Madero y el inagotable Palermo.
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Fotos | Fotos Marcus-Jose Carlos Villena ®
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