Fotografía: Tutty
Paseando por Madrid, es inevitable citar dos de los monumentos que perduran en la memoria colectiva de todos los españoles. Los dos puntos de referencia son la Estación de Atocha y el Parque del Retiro. Dos lugares para el recuerdo de los que ya no están.
El atentado del 11 de marzo de 2004 dejó un dolor dificilmente soportable. Tres años después, en 2007, un cilindro de vidrio, de 13 metros de altura, situado en la rotonda de Atocha, alberga en su interior infinitas muestras de solidaridad mediante mensajes escritos de miles de personas.
Fotografía: soyignatius
Este monolito construido a base de grandes piezas de vidrio óptico transparente adheridas a la estructura por un pegamento acrílico y sin acero, desde que se inauguró ha recibido un millón de visitas, de éstas más de 500.000 lo hicieron durante los dos primeros meses.
Fotografía: arquitextonica
Ahora, pasado el tiempo, el monumento ha suscitado críticas de todo tipo. Algunos piensan que el efecto está conseguido, otros, en cambio, consideran que es frío y vacío, poco emotivo. Críticas al margen, este lugar vuelve a estar en el punto de mira. Tras los homenajes de hoy, quedará tiempo para revisitarlo.
Azafatas reparten flores a la entrada de la habitación azul en la que, una potente luz a modo de cénit, nos recuerda que ellos aún perviven en nuestra memoria, como también lo hacen los cipreses plantados en el parque del Retiro.
Fotografía: druidabruxux
El ‘Bosque del Recuerdo’, también llamado ‘De los ausentes’ , situado en La Chopera, está conformado por 192 árboles (170 cipreses y 22 olivos), que representa a cada una de las víctimas del brutal atentado terrorista de Madrid. Es un lugar bastante visitado por madrileños y turistas, que aprovechan sus paseos matinales para acercarse hasta esta zona del Retiro.
Vía|El Mundo
