Viajes

Recordando Gunkanjima, isla que fue ‘abandonada’ en los setenta por la crisis económica  que también salpicó  a Japón, hoy les invito a recorrer algunas otras ciudades que por uno u otro motivo fueron despobladas. Todas tienen en común, lo que dejaron a sus espaldas: vidas rotas y futuro incierto.

En Prypiat (Ucrania), estos ‘coches locos’ se pararon hace ya dos décadas, y la pista ha sido literalmente ‘inundada’ de malas hierbas y óxido. La imagen es desoladora. Es el resultado de la huída apresurada de los habitantes de esta localidad, cercana a Chernobyl, aquel trágico año de 1986 cuando la central nuclear saltó por los aires.

Otras ciudades como Kolmanskop (Namibia), por ejemplo, la huída fue por otra razón de peso: la mina de diamantes se agotó y los colonos alemanes tuvieron que marcharse precipitadamente. La ciudad ‘fantasma’ ha sido tragada por el desierto y la arena cubre fachadas, habitaciones y graneros.

En Bodie (California) pasó otro tanto. En este caso, el poblado prosperó a finales del XIX con la ‘fiebre del oro’, luego el ‘sueño americano’ se torció y sus pobladores emigraron a otras zonas. Lo peculiar de Bodie, es que parece un decorado de un western de Hollywood, pero real. Dos periódicos, varias iglesias, y hasta una tienda, conservan muebles y otros objetos de la época,tal cual. Increíble.

La salitrera de Humberstone, en pleno desierto de Atacama (Chile), que debe su nombre al principal dueño y promotor de este próspero negocio durante las primeras décadas del XX, John Thomas Humberstone, cayó en desgracia en finales de los 50,  y con la crisis, la ciudad se sumió en un profundo silencio, sólo alterado por el paso de los turistas, después de que la ciudad se convirtió en Patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Y terminamos este primer recorrido con Tyneham, en la isla de Purbeck. Sus habitantes fueron desalojados del pueblo con motivo de la II Guerra Mundial. La zona iba a ser destinada a campo de maniobras militares del ejército británico.

Vía|Quo

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