Fotografía: Paco Cameo
La noche se transforma en mágica y misteriosa. A estas horas, los cielos de muchas zonas de España comienzan a tornarse de un color rojo y amarillo. Las hogueras de San Juan acaparan la atención de mayores y pequeños. Es el fuego purificador que vuelve a hacer acto de presencia.
No hay prácticamente una localidad costera española que no celebre esta tradicional fiesta de tiempos remotos (hay quiénes apuntan a que el rito procede de los celtas), y participe con toda intensidad del festejo. Es más, la noche de San Juan es en sí, toda una experiencia.
Mientras en algunas poblaciones del interior de España, (San Pedro de Manrique), y en Euskadi, los más aguerridos se atreven a pisar descalzos una alfombra de ascuas al rojo vivo, hay otras, (en este caso, por parte de las féminas), en zonas de Galicia que están dispuestas a saltar nueve veces las olas para propiciar la fertilidad.
En Andalucía, en Vejer de la Frontera, durante las ‘candelas’ de San Juan, la muchedumbre corre tras un toro de hojalata que arroja material pirotécnico, y en Málaga, se queman las ‘júas’, muñecos de trapo, rellenos de serrín, a imitación de algún personaje popular.
Fotografía: Paco Cameo
Si continuamos por la zona oriental y pasando localidades como Algeciras o La Línea de la Concepción, en Cádiz, llegamos hasta la región levantina. Allí, especialmente en Alicante, las ‘fogueres de Sant Joan’ están declaradas de Interés Turístico Internacional, aunque, la fiesta, sin embargo, difiere en parte a otras conocidas, por diferentes razones.
Fotografía: Jofre Ferrer
En realidad, los festejos duran casi una semana. Desde cualquier barrio, los ‘ninots’ se ‘plantan’ para recibir a la noche de San Juan, que aquí celebran un día después, la noche del 24 al 25. Será por tanto mañana cuando haga acto de presencia la ‘cremá’, y la fiesta llegue a su culminación. Mientras tanto, todavía tiene tiempo, si se decide a acercarse, de disfrutar de la música en la calle, de las mascletás y de los fuegos artificiales desde el cerro donde se encuentra el castillo de Santa Bárbara.
Pero no desfallezca, aún le quedan otros muchos sitios donde disfrutar de una buena hoguera.
Vía | RTVE
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