Ca´Dario, la casa maldita de Venecia

27 julio, 2009
denvilles_duo

denvilles_duo

Venecia, una de las ciudades más bellas del mundo, posee lugares no tan ‘idílicos’ como podría pensarse. Rincones señalados por la maldición que les rodea que pone los pelos de punta a cualquiera con tan sólo remover la superficie. Ca´dar¡o se lleva todos los honores como sitio ‘non grato’ para vivir, a pesar de que no le faltan ‘admiradores’…

Desde el siglo XV en el que el ‘palazzo’ se mantiene en pie, inexplicables muertes se han ido sucediendo, una detrás de otra, y aunque pudiera parecer sacado de la leyenda popular, nada más lejos de la realidad. Pero adentrémonos en su historia, no tiene desperdicio.

Su primer residente fue un senador: Giovanni Dario. Su hija Marieta, murió en extrañas circunstancias. Al parecer no pudo soportar la enorme deuda que la asfixiaba y murió en esta casa completamente angustiada. Tras este malogrado episodio,  otra familia de ‘alta alcurnia’, los ‘Barbaro’ se hicieron con el palacio.Uno de sus herederos, fue asesinado en Candia. La maldición, no había hecho más que empezar. Arbit Abbdoll, rico negociante armenio de diamantes, terminó sus días completamente arruinado tras la adquisición de la casa, Radon Brown y su amante  se suicidaron en esta casa después de hacerse público su homosexualidad, al igual que Charles Briggs, quién huyó a México. Fue allí donde su pareja se quitó la vida.

Fotografía: Nick Bramhall

Fotografía: Nick Bramhall

Ca ´Dario fue fraguando el sello de casa maldita hasta nuestros días. En 1970, otro noble Giordano delle Lanze acabó asesinado por un joven marinero serbio, con quien el aristócrata mantenía relaciones, quién después también moriría asesinado años después. Caídas accidentales con resultado de muerte, trágicos accidentes de coche (entre ellas, la del tenor Mario dell Monaco cuando se dirigía a Venecia para comprar la casa) y últimamente, en 1993, el magnate Raul Giardini, se pegó un tiro cuando su negocio hizo aguas.

La casa, a pesar de su inmejorable situación, en una de las orillas del Gran Canal, y con una fastuosa fachada recubierta de piedra de Istria, ha permanecido cerrada, sin compradores, mientras su fama como ‘la casa asesina’ ha seguido creciendo, hasta que en 2006, fue adquirida por un ‘valiente’ multimillonario americano, por el módico precio de ocho millones de euros. ¿Tendrá mejor suerte?

Vía|El Mundo