Fotografía:lgpueyo
Cuando los enormes atunes rojos cruzan el Estrecho de Gibraltar, los pescadores gaditanos tejen un laberinto de redes, que los atrapa. Han recorrido miles de kilómetros para morir por una de las artes de pesca más antiguas de la humanidad: la almadraba; que ya utilizaron tartesios y fenicios. Un combate de poder a poder entre el hombre y el mar, que un nuevo proyecto acerca ahora a los turistas.
Las rutas están organizadas dentro del proyecto de La Ruta de la Almadraba, que nace con el apoyo de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, el Fondo Europeo de la Pesca y la Organización de Productores de la Almadraba. En torno a cincuenta personas participan en cada una de las travesías programadas según tres itinerarios: dos largos, de dos horas y media de duración, y uno corto, que en noventa minutos recorre la almadraba y acantilados de Barbate.
Estas rutas permiten contemplar espacios protegidos de la fachada marítima de Cádiz de gran importancia ecológica, como el Parque Natural La Breña y Marismas del Barbate y el extremo occidental del Parque Natural del Estrecho. También, divisar la magia de lugares con nombres hechos para la ensoñación: Cabo Plata, Torre del Tajo, Playa de la Hierbabuena.
Fotografía: marioadaja
El proyecto de La Ruta de la Almadraba se completa con un Centro de Interpretación del Atún de Almadraba (CIAA), ubicado en el puerto deportivo de Barbate. Complicada maniobra de pesca que se transmite de generación en generación, los almadraberos siguen ejecutando, miles de años después.
Más Información | atunalmadraba.com
