Hong Kong: El arte del entretenimiento (II)

8 febrero, 2010
Fotografía: E.HOBA

Fotografía: E.HOBA

A diferencia de las anteriores manifestaciones que mencionábamos en el primer post de Hong Kong: El arte del entretenimiento, existe un baile llamado Danza Morris trasluce  una herencia típica inglesa o por lo menos extranjera. Es un baile derivado de algunas festividades religiosas europeas occidentales en el que se realizan danzas grupales muy peculiares. Aunque en la actualidad no se practique tanto ya en Hong Kong vale la pena mencionarlo como parte de su tradición artística de esta ciudad.

La cultura popular Hongkonesa ha añadido otros elementos populares en el  occidente contemporáneo como la  aparición de diarios o revistas dedicadas al ramo de espectáculos, al punto que quien visite la ciudad podrá  apreciar que hay una emergente prensa sensacionalista.

El gobierno de Hong Kong viene fomentando los desarrollos culturales de la región mediante el establecimiento del Museo de Arte de Hong Kong, la Academia de Artes escénicos de Hong Kong, así como por su Orquesta Filarmónica. También se brinda algunas subvenciones o auspicios  a los artistas propios y residentes en Hong Kong.

Lo mismo ocurre en el deporte, en donde a pesar de su territorio reducido Hong Kong ha servido para la realización de distintas actividades internacionales deportivas. En las olimpiadas pasadas fue sede de las disciplinas ecuestres. El relieve de la isla también favorece la práctica de deportes de aventuras como el montañismo.

Vale la pena mencionar que Hong Kong recibe continuamente a estrellas musicales, cinematográficas y artísticas en general de primer nivel en los cinco continentes. Es también sede de eventos internacionales donde se exhiben innovaciones procedentes de todo el globo; eventos de moda, entre otros.

Todo esto sin contar los eventos culturales tradicionales como la celebración del Año nuevo chino o el Festival de las Linternas de la Primavera en el Parque victoria o el Ching Ming que se realizan los Hongkoneses en honor a sus familiares muertos.

Hong Kong nos muestra una gran flexibilidad y adaptación cultural con respecto a los países que lo rodean en Asia. Es posible que su condición de puerto la haya condicionado a esto. De todas las ciudades del lejano Oriente Hong Kong es a las que más fácilmente se puede amoldar un visitante del otro lado del mundo. Desde su hospitalidad, la proliferación constante de gente en sus calles hasta sus espectáculos a los cuales se puede acudir las veinticuatro horas del día.

No es casualidad que la china de hoy -desde la reincorporación de Hong Kong a este inmenso país- no haya injerido en las libertades reinantes en esta isla, como tampoco es casualidad que millones de turistas vean en esta pequeña región, no sólo una zona en donde se pueden adquirir productos novedosos a un precio bajo o un buen lugar para invertir capital. Hong Kong ha aprendido en la marcha a darle un gusto al visitante sin olvidar del todo la gran tradición milenaria que la concatena al continente.

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