Visitando la Ópera de Sydney (III)

24 marzo, 2010
Fotografía: Linh R0m

Fotografía: Linh R0m

Este complejo tiene  una estructura orgánica en forma de velas con azulejos blancos, con un conjunto de bloques prefabricado de hormigón que  sugieren formas de conchas cortadas que van formando  algo parecido a lo que en arquitectura se conoce como “bóvedas”. Los azulejos en el tejado producen un efecto luminoso que el viajero puede apreciar sobre todo por la noche. Los dos grupos mayores de bóvedas que conforman el techo del teatro pertenecen cada uno al Salón de Conciertos (Concert Hall) y al del Teatro de la Ópera (Opera Theater). Los grupos de “bóvedas” más pequeños lo componen otras salas. La idea de las cáscaras además de aligerar el peso de la estructura induce al observador desde el mar a una continuidad con el mismo y a una armonía con las formas marinas.

En el interior, el edificio está acabado con granito y madera, dándole un ambiente más propicio para los eventos artísticos.

Pasando a la distribución del edificio,  la sala de conciertos o Concert Hall es el sector  que cuenta con mayor capacidad. Cuenta con  2679 asientos. Es famoso por ser sede de presentaciones artísticas locales e internacionales. Es Sede de la orquesta Sinfónica de Sydney.

El Teatro La Ópera es un salón con 1.507 asientos, es la sede de la Compañía de Ópera de Sydney y de la Compañía del Ballet de Australia. El tercer bloque en importancia es el Restaurante Bennelong.  Que está subdividido en un Teatro para Drama, una Sala de Música y un Estudio, los que conjuntamente soportan una capacidad de 7,000 espectadores.

Otros lugares de  importancia están la Sala Utzon, único espacio que diseñó este arquitecto interiormente y la explanada, espacio al aire libre que es multifuncional, utilizado ocasionalmente para una serie de eventos.

Utzon finalmente impuso su sello creativo ante los intentos de imponer la capacidad o el valor cuantitativo del edificio. Con el tiempo también se comprobaría el buen acondicionamiento de sus “bóvedas” que ante los ojos de algunos arquitectos de la época serían simples extravagancias de artista.

La Ópera al ser uno de los grandes monumentos que dieron apertura a las construcciones basadas en el arte arquitectónico abstracto, influyeron en el desarrollo de otros proyectos de igual envergadura en otras partes del mundo, abriendo también la polémica entre la estética y la funcionalidad de las estructuras. No siempre se pueden complacer estos dos elementos de la construcción y, sin embargo, La Ópera, aún con su discontinuidad en su culminación y con algunos errores en el proceso, logró juntarlos. Desde su ubicación, en las puertas de Sydney, hasta sus eventos. La Ópera se percibe desde todos sus ángulos al visitante.

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