Poesias en la Alhambra

29 marzo, 2010
Fotografía: por eNil - *beginning to resurface*

Fotografía: por eNil - *beginning to resurface*

Protegida por las montañas y construida sobre una colina de difícil acceso se encuentra la Alhambra de Granada, un conjunto monumental con tonos rojizos en las murallas que ocultan al exterior la belleza extraordinaria que hay en su interior.

Construida como zona militar, también ha sido residencia real y de la corte de Granada, tras el establecimiento del reino nazarí y la construcción del primer palacio a mediados del siglo XIII.

La fortaleza pasó a ser una ciudadela de altas murallas y torres defensivas durante los siglos XIII, XIV y XV, la zona militar o Alcazaba, es donde se encuentran los célebres Palacios Nazaríes y los restos de las casas de nobles y plebeyos que vivieron allí.

Los muros del interior de la Alhambra están llenos de decoración caligráfica, escrituras cursivas y cúficas en las que no sólo se puedes leer «sólo Dios es vencedor», sino poemas realizados por poetas de la Corte de Granada.

Fotografía: por Copeau

Fotografía: por Copeau

Este es el poema que se puede leer en la taza de los leones:

«Bendito sea Aquél que otorgó al iman Mohamed
las bellas ideas para engalanar sus mansiones.
Pues, ¿acaso no hay en este jardín maravillas
que Dios ha hecho incomparables en su hermosura,
y una escultura de perlas de transparente claridad,
cuyos bordes se decoran con orla de aljófar?
Plata fundida corre entre las perlas,
a las que semeja belleza alba y pura.
En apariencia, agua y mármol parecen confundirse,
sin que sepamos cuál de ambos se desliza.
¿No ves cómo el agua se derrama en la taza,
pero sus caños la esconden enseguida?
Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas,
lágrimas que esconde por miedo a un delator.
¿No es, en realidad, cual blanca nube
que vierte en los leones sus acequias
y parece la mano del califa, que, de mañana,
prodiga a los leones de la guerra sus favores?
Quien contempla los leones en actitud amenazante,
(sabe que) sólo el respeto (al Emir) contiene su enojo.
¡Oh descendiente de los Ansares, y no por línea indirecta,
herencia de nobleza, que a los fatuos desestima:
Que la paz de Dios sea contigo y pervivas incólume
renovando tus festines y afligiendo a tus enemigos!»

Info| alhambra
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