Puerto Maldonado (II)

19 abril, 2010
Fotografía: David Baggins

Fotografía: David Baggins

Entonces llegan gran cantidad de loros, periquitos y guacamayos que, durante unos minutos, comen la arcilla que aflora en estos pequeños precipicios. Este extraño comportamiento no está definitivamente explicado, pero probablemente la arcilla les sirva para contrarrestar de alguna manera las toxinas que tienen determinadas frutas antes de madurar.

Río abajo desde Puerto Maldonado, el Madre de Dios se dirige hacia Bolivia. Cerca de este tramo se encuentran los lagos Sandoval y Valencia, buenos lugares para observar la naturaleza: flora y fauna de características completamente diferentes a las de Europa.

Cualquier excursión, siempre acompañado por un guía, permite adentrarse en este mundo amazónico: encontrar la planta de la que se extrae un tinte con el que los indígenas se hacen dibujos en la piel o el árbol cuya corteza ahuyenta los mosquitos.

Fotografía: David Baggins

Fotografía: David Baggins

O cruzarse con arañas negras con los extremos de las patas rosas, oír el escándalo de los monos en las copas de los árboles y, cuando cae la noche, distinguir los ojos brillantes de los caimanes cuando el guía los ilumina con una linterna.

Para conocer la naturaleza, lo mejor es alojarse en un lodge. Hay varios aguas arriba de Puerto Maldonado, a orillas del Tambopata, y aguas abajo, por el Madre de Dios. Lo más conveniente es viajar con un paquete completo que incluya el traslado desde el aeropuerto de Puerto Maldonado. La estancia mínima recomendable es de dos noches.

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