Sibila Délfica, Miguel Ángel,1509
A menudo solemos hablar de lugares, monumentos, expresiones culturales o más que jactan pertenecer al Patrimonio de la Humanidad. Y es que cada año se suman nuevos elementos a la lista, una parte importante de la cual está representada por los Patrimonios Culturales Inmateriales, es decir, tradiciones y costumbres de particular valor y expresión cultural, por lo que merecen ser salvaguardadas.
En esta ocasión deseamos hablar de los nuevos elementos inmateriales españoles recientemente entrados en dicho listado y que son: el Canto de la Sibila de Mallorca, el flamenco, la dieta mediterránea, los “castells” catalanes y la cetrería.
Empezamos hablando del Canto de la Sibila, (el Cant de la Sibil·la en catalán), un drama litúrgico y canto gregoriano de origen medieval, época durante la cual venía interpretado en Barcelona, Gerona, Vic, Tarragona y Montpellier; en dichas localidades se conservan todavía hoy algunos fragmentos del texto, pero también hay otras versiones distintas, en latín y provenzal.
No obstante la origen medieval, debemos conocer que la figura de la sibila proviene de la antigua Grecia, las sibilas eran mujeres consideradas oráculos. Pero la iglesia cristianizó esta figura, cambiando totalmente su papel, inventándose que anunciaba la apocalipsis y el regreso de Jesucristo para juzgar el mundo, con el fin de atemorizar al pueblo y de controlarlo.
Catedral de Palma de Mallorca, Fotografía: Wikipedia
Hoy el canto de la Sibila es a menudo interpretado durante la misa del Gallo en las iglesias de Mallorca (como sucede en la Catedral de Palma de Mallorca) y en la ciudad italiana de Alguer, pero también en otras ocasiones en ciudades como Barcelona y algunas localidades valencianas (Onteniente, Jaraco, Gandía).
Vía | unesco.org
