El mar no es de arena, tiene pequeñas piedras, y por eso yo me pongo unas sandalias, aunque los niños parecen hacerse menos problemas; por cierto, el agua no se hace profunda enseguida, sino suavemente, así que las madres pueden estar tranquilas. Aunque no me pregunten en cuanto a calidad del agua, ya que está al lado del puerto… ¿Pero por un euro cerca de casa que más quieren?
Afuera del balneario hay una especie de bar-chiringuito que ahora mismo tienen la gestión unos latinos (no me acuerdo el país) y por eso siempre hay música latinoamericana que a mí me encanta y me pongo a bailar. Aunque este en verdad es más el punto de encuentro entre hombres y mujeres: el marido manda un sms a su mujer (o entre amigos) y se encuentran afuera y se toman algo, se charla y se pasa un buen rato.
Otro punto de encuentro puede ser en el mismo mar. Osea que después de la pared hay sólo un hilo que divide las dos zonas y ahí se puede charlar o jugar; a menudo veo los padres jugar con sus hijos que se lo pasan bomba.
La gente va todo el año al Pedocin, porque si no hay mal tiempo y pega el sol se está bien, aunque sea vestidos, para tomar un poco de aire de mar y estar en santa paz. Yo misma me fui ya el 23 de marzo.
Por cierto, mis fotos les encantaron al Comité del Pedocin que ahora me pidió la amistad en Facebook. Así que preveo un rico verano, lleno de eventos y música, porque el comité organiza cantidad de cosas, encuentros, juegos, concursos y hasta encuentros culturales.
¡Bueno, genial 365 días al año!
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