Fotografía:scalleja
No hay manera mejor de conocer el Renacimiento en Milan que seguir la vida y las obras de uno de los mejores, Leonardo Da Vinci. Vivió en Milan durante casi veinte años y aqui desarrolló lo mejor de su carrera.
Milán era una de las ciudades más ricas en la segunda mitad s. XV. Leonardo ofreció sus servicios a Ludovico Sforza, el Moro, como ingeniero, arquitecto, escultor, pintor y con semejante curriculum fue contratado inmediatamente.
Más allá del monumento que se alza en la plaza delante de la Scala, el mejor lugar para iniciar la búsqueda de sus huellas es el Museo Nazionale della Scienza e della Tegnologia Leonardo da Vinci, ubicado en el monasterio San Vittore, s. XVI. Allí se encuentran sus obras de ingeniería, construidos a partir de sus dibujos: máquinas voladoras, grúas, herramientas, etc.
El trabajo como pintor y, sobre todo, como estudioso de la pintura se puede seguir en el Museo d’Arte e Scienza. Allí hay dos exposiciones permanentes: una sigue sus pasos como ciudadano de Milán y otra enseña a apreciar el arte a través de sus ojos y está basada en el Tratado de la Pintura.
Fotografía: ideacreamanuelapps
El que quiera seguir la pista a sus escritos debe dirigirse a la Biblioteca Ambrosiana, donde se encuentra la mayor colección de manuscritos, incluido el famoso Códice Atlántico.
La gran obra de Leonardo es evidentemente, La última cena, en el monasterio de Santa Maria delle Grazie. Las entradas (que se pueden adquirir a través de la página web) se agotan con semanas de antelación.
Más información | Museo Nazionale della Scienza e della Tegnologia Leonardo da Vinci, Museo d’Arte e Scienza
