La legendaria ciudad de Palmira (Siria) (1)

21 diciembre, 2009
Fotografía: annasoror

Fotografía: annasoror

Empezamos este recorrido por Siria, visitando el templo de Bel, en la antigua ciudad de Palmira, un lugar mitológico, en pleno desierto, con nombre de mujer. En este bello lugar, hace unos dos mil años, se construyó una urbe, aún hoy, en parte conservada, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad.

El pasado de Palmira está ligado a Zenobia, monarca que regentó durante pocos pero intensos años el reino nabateo, y que se enfrentó al Imperio Romano, extendiendo sus dominios hasta Egipto. Zenobia encumbró a Palmira como capital y la llevó a su esplendor, proliferando  el arte y la cultura.

Fotografía: Uili Foc

Fotografía: Uili Foc

Tras ser derrotada por el Emperador Aureliano, Zenobia fue exhibida en Roma como prisionera, si bien pudo pasar sus últimos días, desterrada,  en una villa italiana. Sin embargo, durante el mandato de Zenobia, Palmira fue considerada como una de las ciudades más importantes, no sólo de Siria, extendiendo su influencia a otros territorios más lejanos.
 

Favorecida por el comercio de la Ruta de la Seda, Palmira edificó todo un complejo urbanístico, una de cuyas manifestaciones es el templo de Bel (Baal), divinidad religiosa de los pueblos del Asia Menor. El recinto sagrado es un oásis de columnas corintias, arcos y cuenta con un santuario que es único por varios motivos.

Uno de ellos, el más importante a mi juicio, es la perfecta combinación de elementos clásicos mezclados sabiamente con la ornamentación oriental, donde proliferan los motivos vegetales. Entre los ejemplos más característicos, la cornisa del edificio central, rematado con unas piezas singulares en forma de almena, y especialmente, la inmensa extensión de todo el conjunto arquitectónico, en pleno desierto.

Otros elementos: el arco del Triunfo, el teatro o el valle de las Tumbas, y los atardeceres…

Más info|Templo de Bel (Telepolis)