Fotografía: FreeCat
Posiblemente, el Valle de los Ancares, sea una de las zonas menos conocidas del Norte de España. Situada en la comarca del Bierzo (León), Ancares es una comarca muy singular, limitando con Galicia y el Principado de Asturias, y comprende un total de once poblaciones, que preservan su cultura enraigada entre pallozas y horreos, de origen celta.
Situados geográficamente junto al río Ancares, del cual lleva la sierra su nombre, estos pueblos conservan vestigios del pasado, y forman hoy en día un patrimonio inusual en esta zona leonesa. Desde Ponferrada, capital del Bierzo, la distancia es de unos sesenta kilómetros por carretera, aunque de la impresión de que al llegar al destino, el camino ya no continúa a lugar alguno, con lo que la sensación es que aquellas tierras, encierran enigmas y comparten una belleza de gran simbología que hay que descubrir.
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Por eso, la fuerza del paisaje indómito de Ancares es, principalmente, lo que más atrae al que lo visita. Bosques de Acebo, robles y castaños centenarios, fresas y arándanos conformando una línea ‘verde’ de extraordinaria importancia ecológica, junto a especies animales autóctonas como las cabras montesas, el oso cantábrico, el urogallo o el águila culebrera, por citar unos pocos.
Su población va unida de manera indisoluble a su historia. Aún quedan casas con techados de paja, pero especialmente de pizarra, confiriendo a estas poblaciones, una singular fisonomía. Al estar construídas al pie de la montaña, el aprovechamiento ganadero ha sido uno de los motores de su economía. Con posterioridad, la comarca sufrió un importante despoblamiento, ante la ‘llamada’ de la industria, y hasta la actualidad. No obstante, no ha restado ápice a las particularidades del hermoso Valle de los Ancares.
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