Viajando con Fibromialgia

12 mayo, 2014
Isla de Bora Bora

Fotografía de Alquiler de Coches

Para aquellos que os lo estáis preguntando, hoy no voy a escribir sobre una nueva aerolínea, ni de un buscador de viajes. Fibromialgia no es ni lo uno ni lo otro, sino una enfermedad crónica caracterizada por múltiples síntomas, de los cuales los principales son: dolor generalizado a veces, localizado otras  y agotamiento extremo. No solo eso, además el estado del enfermo empeora sensiblemente cuando sufre estrés. Y si hay algo que produce estrés, aunque sea del bueno, es la perspectiva/planificación/ejecución de un viaje…

Aprovechando que el día 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Fibromialgia, el SFC y el SQM, he pensado compartir unos consejos que da la Sociedad Española de Reumatología a aquellos enfermos que a pesar de todo, mantenemos la pasión por viajar.

-Adaptar el viaje a las limitaciones personales de cada uno, y mantener un ritmo sostenible.

-Planificar el viaje lo máximo posible, cualquier imprevisto será un sobresfuerzo y un gasto de energía innecesarios,y muchas veces insostenibles. Una recomendación personal es la de programar tiempo en el viaje para descansar (aparte del descanso nocturno).

-Evitar los traslados excesivos, es bueno calcular el tiempo total del viaje, contando el tiempo de espera en las escalas, al final, lo que acumula el cuerpo no son las horas de vuelo, sino el total de horas de viaje. Yo intento dormir lo máximo posible durante los vuelos, eso me mantiene razonablemente descansada.

-Aprovechar el bolso de mano para llevar cosas que contribuyan a la comodidad y al bienestar: algo de comida para evitar los bajones de glucosa y el cansancio extremo que les acompaña, una almohada cervical, calmantes… cuidando de que no acabe pesando demasiado.

-El peso, otro enemigo en los viajes. Mejor llevar maletas con ruedas, pero además, no sobrecargarlas, ya es suficientemente agotador tirar de ellas. En la mayoría de los aeropuertos se facilitan carritos para trasladarlas por los pasillos… es más cómodo empujarlos que tirar de las maletas.

-Llevar ropa cómoda, sobre todo el calzado. Son preferibles los tejidos naturales, siempre que no se sufran alergias. También es esencial alimentarse bien y mantenerse hidratado.

Estas recomendaciones van bien para cualquier viajero que no quiera acabar exhausto, pero en el caso de los enfermos de Fibromialgia o SFC, yo diría que son imprescindibles.

A menos que el viaje sea obligado por las circunstancias, entiendo que todos viajamos por placer. Así que, una buena idea después de seguir éstos consejos es relajarse y confiar en que haya más días buenos que malos. Los buenos disfrutarlos a tope, y los malos aprovecharlos para descansar, para organizar los siguientes itinerarios, o simplemente para dormir y recuperar fuerzas.

Espero que esta entrada os haya resultado interesante. Desde aquí, un abrazo muy fuerte y todo mi cariño para los que viajan por la vida con la carga adicional de una enfermedad crónica, sea cual sea.

Más información | Sociedad Española de Reumatología

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