Las Columbretes, reserva natural incalculable

4 agosto, 2010

Fotografía: Ovando

El archipiélago volcánico de las Islas Columbretes, a mitad de camino entre Castellón y Mallorca, constituye un intacto mundo aparte. Su importancia ecológica resulta excepcional. Conocidas tiempo atrás como las Islas Serpentarias, debido a que en ellas existían innumerables víboras, no fue hasta el siglo XIX cuando se construyó el faro existente en la Columbrete Grande.

En 1879, una comisión hidrográfica, a bordo del vapor Piles, cartografió y estudió por vez primera, el archipiélago. Son cuatro grupos de islotes de origen volcánico,  dispersos, entre los cuales destaca la Columbrete Grande o isla Grosa. Su forma es de anillo roto, en cuyo interior del cráter se encuentra el único fondeadero. En ella, el monte Colobrer es el vértice geodésico, y lugar donde se asienta la casa faro.

Fotografía:FMarc

Una milla al sur queda el islote de La Ferrera, rodeado de fabulosos fondos marinos. Más allá emerge la Horadada, con un arco natural que  la atraviesa de parte a parte, flanqueada de escollos como el Lobo o la Méndez Núñez. El último islote es el Bergantín, que semeja un velero.

La importancia ecológica del conjunto resulta excepcional. Extrañas especies como la gaviota de Audouin, el halcón de Eleonor, las pardelas cenicientas y varios miles de gaviotas se refugian en ellas. Reserva natural, sus fondos marinos albergan una riqueza difícilmente igualable en otras partes del Mediterráneo. Islotes para el estudio marino pero también para practicar submarinismo, y a pocos kilómetros de Castellón.

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