Una paseo lento y silencioso por Nueva York, rodeados por vegetación y bajo el cielo azul quizás les parezca una utopía, pero deben saber que es posible, con tal de subir en la High Line, lo que una vez fue las vías donde pasaba el tren.
Pues hoy, ahí arriba, encontramos una terraza maravillosa con 210 tipos diferentes de plantas, con bancos para sentarse y materiales ecológicos. El jardín colgante se encuentra asomado sobre uno de los skyline más bellos del mundo, justo al suroeste de Manhattan.
Construida en los años treinta, por más de 50 años la High Line cortaba el cielo de la Gran Manzana, en las orillas del río Hudson, con sus ruidos y su chatarra; abandonada en los años Ochenta, ha sido lenta y silenciosamente colonizada por la naturaleza, que incluso en Nueva York reaflora prepotente desde el hormigón y desde el acero.
Y así, en los rieles oxidados y rotos, las plantas brotaron lentamente, las flores y las hierbas son todas diferentes. En el verano de 2009 crearon el jardín y en junio de 2011 la ruta se amplió añadiendo otras características.
Por debajo de usted, mientras tanto, avanza la vida palpitante de un barrio en constante evolución, desde las galerías de arte de Chelsea en la calle 34 al West Village, pasando por el famoso Greenwich Village o por el atípico Meatpacking District, donde en lugar de los antiguos mataderos nacieron boutiques, restaurantes, bares y hoteles: el reino de la vida nocturna de la ciudad, con clubes famosos en todo el mundo como el Cielo, el Nivel V o el Buddha Bar.
Sitio Oficial | Thehighline.org
